“La capacidad de fascinación y enganche que tiene un libro no lo tienen el cine ni los videojuegos”
El escritor sevillano, referente de la literatura infantil y juvenil, aconseja a los padres que la actividad lectiva y el hábito lector en los niños “no pare en seco” durante el verano.
Todos los informes elaborados por universidades nacionales y europeas, no sólo en materia de educación, sino de salud mental y neurociencia, coinciden en recomendar que la actividad lectiva de los estudiantes de Primaria y Secundaria “no pare en seco durante el periodo vacacional”. Y, sin duda, la manera más divertida y que mejor conecta con el ocio propio de esta época del año es la lectura. Así lo sostiene el profesor José Antonio Francés, profesor de Lengua Española en el Colegio Buen Pastor de Sevilla, autor de más de una veintena de libros destinados al público infantil y juvenil y uno de los grandes expertos nacionales en conciliar el entretenimiento con la pedagogía literaria.
Francés es, además, uno de los nombres imprescindibles del catálogo de BABIDI-BÚ, con títulos como La princesa de la tortilla francesa y El laberinto de las nueve llaves, por lo que hemos acudido a su magisterio y dilatada experiencia para que prescriba algunos consejos a los padres que, durante estos tres meses de verano, se enfrentan “a la dura pelea”, como él mismo reconoce, de que sus hijos elijan un libro por encima de la multitud de estímulos asociados a las nuevas tecnologías con los que compite la literatura.
“No suspender la lectura en verano para un estudiante es tan importante como para un atleta continuar con su rutina de ejercicios. En verano no se entrena tan duro, pero es importante mantener el tono”, explica el profesor, que añade: “Y de todas las actividades básicas, habilidades y competencias que habría que entrenar durante las vacaciones, que para un niño son muy largas, la lectura debe estar entre las dos primeras: el cálculo matemático y la lectura comprensiva”.
Reconoce Francés que la batalla “es durísima” –“a los niños de hoy les cuesta leer, están acostumbrados a ser sujetos pasivos frente a una pantalla”, reflexiona-, pero de igual manera defiende entrar “a saco” en la pelea por los enormes beneficios que tiene para un niño mantener durante el verano un hábito lector:
“La lectura es un entretenimiento y una fuente de estímulos de la imaginación, una habilidad que les sirve para cualquier cosa que hagan en la vida. Cuando lees La isla del tesoro, por ejemplo, no sólo estás entrando en un historia de aventuras, lo que estás haciendo es ejercitar habilidad y una competencia que mejora tu inteligencia, tus capacidades y te va a convertir en una persona más competente hagas lo que hagas en el futuro. Si hay que mover el cuerpo para estar más sano hay que mover el cerebro para ser más inteligente y competente”, reflexiona este profesor, galardonado recientemente con el Premio Nacional de Literatura Juvenil Alandar que otorga la editorial Edelvives.
Para ello, la primera barrera que hay que superar como padres y educadores es “convencerlos de que leer es una cosa entretenida”, sostiene Francés: “Los niños pueden tener la sensación de que leer es algo tedioso, porque requiere un esfuerzo. Por el contrario de los competidores, videojuegos y pantallas, donde son sujetos
pasivos; en la lectura son sujetos activos, tienen que poner su imaginación a funcionar y no sólo limitarse a mirar”…
El profesor es de la opinión de que hay que “dejarse aconsejar por los libreros. No todos los libros son para todos los niños”. Lo primero, por tanto, es hacer una buena selección de lecturas.
“Aunque sean libros de youtubers, de personajes de videojuegos. Así convertimos al enemigo en aliado. Yo prefiero que un niño lea a un youtuber a que no lea nada. Cuando se empieza leyendo cosas que les interesa es más fácil dar el salto a lecturas más complejas. El primer objetivo es que lean. Libros que se acerquen a su universo de intereses: los videojuegos, el fútbol, el misterio…”, reflexiona
Igualmente, José Antonio Francés cree que los padres y educadores se centran mucho en los inconvenientes, pero los libros “tienen una gran ventaja”: “la capacidad de fascinación y de enganche que tiene un libro no lo tienen el cine ni los videojuegos. Hay libros que te transforman, la capacidad de influirnos y de transformarnos la tienen los libros y muy pocas cosas más. Lo único es que hay que dar con el libro que te deja descolocado como niño o adolescente y que esa lectura se convierta en una experiencia que te acompaña para toda la vida”.
Igualmente, en el apartado para padres desorientados, el profesor propone que se predique con el ejemplo: “Los niños hacen lo que ven”. “Difícilmente van a leer si están en una casa donde los padres no leen. Los padres se tienen que convertir en lectores, que los niños vean a sus padres leer, aunque sea una lectura de moda o
de verano. Igualmente, que cuando están leyendo, nos interesemos por lo que están leyendo”.
Por último, también reconoce que no se debe convertir la lectura en un problema, porque “lo que acabas creando son haters de la lectura. Decía Borges, que la lectura es una suerte de felicidad y a nadie se le puede obligar a ser feliz”, manifiesta.
Asegura el profesor que los buenos libros forman parte de nuestra historia sentimental, casi como un álbum de fotos: “recuerdas el verano que lo leíste, el chico que te gustaba cuando estabas leyendo… Por eso lo importante de encontrar ese libro descubrimiento”.
“A los niños les gusta la poesía”
Como autor de BABIDI-BÚ, José Antonio Francés es autor de La princesa de la tortilla francesa, un libro que combina versos y humor. Y es que, contrariamente a lo que pueda parecer, este profesor de Lengua Española sostiene que “a los niños les gusta la poesía”. La princesa de la tortilla francesa “está escrito con la frescura del verso, que ayuda a la memorización, y estimula que lo puedas leer más de una vez. El verso es una puerta para el humor, la rima sirve para la broma”, recalca.
Cuando escribe para niños, Francés respeta siempre “los elementos clásicos: buenos personajes, buenos conflictos e historias poderosas”. Más allá de las licencias de estilo, “ cuando escribo para jóvenes soy absolutamente funcional, algo limpio que les pueda llegar, el interés está en los personajes y las buenas historias.
José Antonio Francés, que también ha publicado con BABIDI-BÚ El laberinto de las nueve llaves, trabaja ya en el siguiente título: El secreto de la tortuga. Será un álbum ilustrado que verá la luz después del verano. Él se considera muy seguidor de este formato: “El componente gráfico es primordial, puedes escribir historias sencillas con mucha garra”.
El secreto de la tortuga estará ilustrado por la artista sevillana María Teresa Guzmán: “Tiene de bueno que el libro se convierte en un objeto precioso. Como si fuera una colección de pequeños cuadros, se convierten en libros muy familiares”, sostiene.