Como cada tarde, Kalessi le pidió al abuelito Luca que le contara aquella historia sucedida en el año 2020, y así lo hizo su abuelo:
«La vida es posible gracias a la Madre Naturaleza, y una vez que construyó el mundo, para mantener el equilibrio entre todos los seres vivos, creó cuatro dioses que compartían amor, justicia, calma y bondad. El mundo era bonito, pero el corazón de algunas personas se iba volviendo gris, sin vida. Los seres humanos empezaron a contaminar el medio ambiente, a matar animales, a pensar solo en trabajar y a no cuidar a sus seres queridos. La Madre Naturaleza, para frenar la destrucción del Planeta, mandó una epidemia tan grave que el mundo se detuvo durante meses. Las personas enfermaron y tuvieron que encerrarse en sus hogares. La diosa del Amor, entristecida, no quiso perder la esperanza hacia los humanos, y reunió a los otros dioses. Desde lo alto del cielo, mandaron una gran nube de polvos mágicos que contenían amor, calma, bondad y justicia. Estos polvitos especiales se colaron por las rendijas de puertas y ventanas, y fueron directos al corazón de todas las personas».
—Y así fue, pequeña Kalessi, como aprendimos a amar la vida —le explicó Luca.