—Abu, cuéntame un cuento.
—¿Cuál quieres?
—Aquel del virus que tenía una corona.
Hace mucho tiempo, un virus que se creía rey, hizo enfermar a la mitad de las personas que vivían en la Tierra. Su nombre era Coronavirus. La gente no podía abrazarse ni besarse, y debían estar lejos unos de otros. Tenían que quedarse en su casa, solo podían salir a comprar comida y medicamentos.
—¿Por qué?
−Esa era la única forma de luchar contra él, porque era muy contagioso.
—¿Y qué paso?
—Las personas comenzaron a festejar los cumpleaños desde los balcones, sacaban un pandero y todos los vecinos cantaban el «cumpleaños feliz». Las reuniones de amigos se hacían por Internet, los profesores enseñaban a distancia. Pero entonces pasó algo extraordinario, pues los países que siempre se peleaban, discutían y no se comprendían, decidieron trabajar juntos; compartieron, se entendieron y crearon. Fue así como encontraron la vacuna que le quitó la corona al virus.
—¿Y todo volvió a ser como antes?
—No, cariño, las personas comenzaron a ser más solidarias. Aprendieron que todos somos diferentes, y que esto nos enriquece. También entendieron que trabajar en equipo nos hace fuertes, mucho más fuertes que cualquier virus, aunque este sea un rey.