Uf… ¡Cómo ha pasado el tiempo! Estamos ya en 2045 y Lucía, una niña de cinco años que sabe leer porque le encanta aprender cosas, ha descubierto que en marzo de 2020, en España, pasó algo muy grave.
—¿Qué ocurrió, abuelita? —le preguntó.
—Pues… que mucha gente se puso muy malita, y los españoles se cogieron de la mano y decidieron que todos tenían que ayudar: unos, curando a los enfermos; otros, fabricando mascarillas para que no se contagiaran, o…
—¿Y los niños? ¿Qué hicieron los niños? —interrumpió Lucía.
—¿Los niños? ¡Fueron los mejores! Dieron alegría a los tristes, y dibujaron muchos carteles para animar a todos.
La niña se quedó pensando hasta que dijo:
—Yo también voy a ayudar como esos niños. Estaré pendiente de todo el que esté triste y le daré mi alegría.
Desde entonces, Lucía sonreía pensando en todos los amiguitos y personas mayores a los que había hecho feliz.
Y, cada noche, salía a su balcón y miraba a las estrellas que le saludaban, sonreían y aplaudían.