Sara y Carlos visitan a su abuelita. Juntos dan un paseo por el parque. Charlan sobre el cole, la fiesta de cumpleaños de Sara, el partido de fútbol de Carlos, la Semana Santa que se aproxima y sus planes para las próximas vacaciones.
—Si supierais que en marzo del año 2020 todo esto estaba prohibido…
Sus nietos la miran con asombro y le dicen:
—¡No me lo puedo creer! Abuelita, cuéntanos qué pasó.
—Pues que un virus desconocido amenazaba a toda la humanidad. Causó una enfermedad muy peligrosa contra la que no existían medicamentos ni vacunas. Las personas se contagiaron fácilmente. Se recomendó lavarse muy bien las manos y mantenerse a distancia de otras personas. Cerraron los colegios, las tiendas, los restaurantes, las peluquerías, los parques infantiles y los cines. Fiestas y eventos estaban prohibidos. Nos teníamos que quedar en casa. Los aviones se quedaron en tierra, y estaba prohibido viajar. Pareció como si el mundo hiciera un largo descanso. Un buen día, el mundo se despertó como la bella durmiente, porque los científicos habían encontrado un medicamento contra el coronavirus. Salimos muy felices de nuestras casas, respirando el aire fresco, que estaba más limpio que nunca.
Sara y Carlos se miran y dicen:
—¡Pero si nosotros ya tenemos la vacuna contra el corona!
Los tres se ríen aliviados, y Sara y Carlos abrazan a su querida abuelita con mucha ternura.