Ay, mi querida Laurita. ¿Sabías que el bisabuelo Pepe no tuvo la suerte de estar con tu papá cuando nació, como lo estamos nosotros ahora?
Resulta que el año en que tu papá nació, hubo una pandemia que obligó a toda la población a quedarse encerrada en casa durante semanas. Se paralizó el mundo. Vivimos muchísimas pérdidas, mucha incertidumbre y mucho dolor. Y precisamente por eso, el nacimiento de Luca, tu papá, fue una bocanada de esperanza, de cómo la vida se abría paso ante la desgracia. Durante un mes ningún familiar pudo conocerle, besarle, ni abrazarle.
Ya te enseñarán mamá y papá el body que le pusimos el primer día en que pudimos darle su primer paseo: «Nacido durante el COVID-19», con un precioso arcoíris dibujado por tu tita Julia, que por aquel entonces tenía 8 años y no entendía por qué no podía salir de casa.
Pasé tanto miedo por tu papá y tu tita… Fue arduo, doloroso, largo y agotador, pero pensar que aquello nos llevó a este precioso instante, me llena de vida. Así que aquí tienes tu propio body, cariño: «Soy la luz que surgió de aquel arcoíris».
Te quiere, infinito, la abuelita María.