«Abuelita, ¿qué pasó en marzo de 2020 en España?». Esa fue la pregunta que con tanto interés me hizo mi nieto en su día sin clase por la fiesta nacional de «La Liberación». Mi mente se transportó a aquellos duros días de confinamiento y le conté la historia:
«Hubo un tiempo en el que los humanos tuvimos que luchar contra un enemigo invisible, llamado Coronavirus. Resultó impresionante ver cómo algo tan minúsculo fue capaz de paralizar todo el mundo. El Gobierno decidió que, para combatirlo, debíamos permanecer en casa. Y lo bonito de todo esto fue que, aunque estuviésemos confinados en casa, nos sentíamos más unidos que nunca. Nos dábamos ánimos los unos a los otros, y aunque el mayor esfuerzo lo hacían las fuerzas de seguridad y los sanitarios, ganamos la batalla todos juntos. Salimos de casa igual que entramos, unidos. Esto hizo que nos apreciáramos más los unos a los otros, y cuando el confinamiento acabó, no había remilgos en hablar con nadie, un estado de fiesta se instauró en España durante mucho tiempo».