Una mañana cualquiera, llegó a España un virus muy fuerte y feo, que solo quería hacer daño a las personas. Nos cogió a todos por sorpresa, y además jugaba con ventaja porque él era invisible. No existía vacuna ni medicamento que pudiera matarlo, por lo tanto, la única medicina de la que se disponía era la de QUEDARSE EN CASA para no seguir propagando el virus a más personas. Como todos queríamos que el virus se marchara, decidimos protegernos en nuestros hogares, y así el malvado virus perdería fuerza al no encontrar a nadie para infectarlo.
Fue entonces, como resultado de esta situación, que dio comienzo el aprendizaje más importante de toda nuestra vida.
Aprendimos el valor de un beso, aprendimos el calorcito tan especial que aportan los abrazos, aprendimos la importancia de la familia, (nos veíamos solo por videoconferencia), también aprendimos la importancia del contacto real, tocarnos. Aprendimos muchas cosas que nos hicieron mejores personas. Pero sobre todo, el mayor aprendizaje de esta situación fue darnos cuenta de que el trabajo en equipo, el respeto y el cuidado hacia el prójimo eran indispensable para poderle ganar la batalla al virus, gracias a esa gran humanidad que demostramos tener, conseguimos vencerlo. Nuestra sociedad Después de esto, nuestra sociedad nunca fue ya la misma, fue mejor.