—Mis queridas nietas, vuestra mamá era muy pequeña cuando ocurrió lo que os voy a contar ahora.
—Sí, eso nos ha dicho ella, pero cuéntanos tú lo que ocurrió.
—Durante varios días, la Tierra lloró, pero nadie escuchó su llanto. Entonces, ocurrió que en marzo de 2020, un bichito casi invisible empezó a revolotear por toda la Tierra, y muchas personas se sintieron mal. El bichito cada vez se hizo más grande, y la gente tuvo que quedarse en casa para protegerse. Los hospitales no tenían suficientes sanitarios, ni medicinas para curar a los enfermos. Pero todos juntos luchamos para vencer a ese gigante, que nadie quiso ver cuando era pequeño. Las calles se quedaron vacías durante 40 días. España entera estuvo en silencio.
—¿Y qué pasó después, abuela?
—De pronto, todo había florecido, y los pájaros volaban sin miedo. La Tierra había descansado, el aire era más limpio, y el Planeta ya no lloraba. A la ocho nos uníamos en aplausos para los valientes luchadores, y también hubo un silencio por miles de nuevas estrellas que brillaban en el cielo. Desde entonces, hicimos un regalo al Planeta. Todos los años, durante 40 días, nos quedamos en casa, para que la Tierra no tiemble y pueda respirar.
—Gracias, abuela. Ahora ya entendemos mejor el porqué de quedamos en casa, pues así después podemos respirar mejor, y además hacemos que la Tierra no llore.